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En cualquier establecimiento hotelero, sea cual sea su tamaño o categoría, el ahorro en el gasto de luz, agua o gas tiene un impacto directo en la cuenta de resultados. Una actuación planificada de gestión energética, que lleve a un análisis detallado de los consumos existentes, va a permitir definir las inversiones e innovaciones adecuadas a cada establecimiento.

Se observa en Occidente un creciente rechazo a esas capas tecnológicas que nos cubren por completo en nuestro día a día. Una parte de los consumidores rechaza usar el smartphone en sus vacaciones y desea una «experiencia analógica» para desconectar del mundo digital. Así, un 58% de los consumidores británicos admite que le gustaría estar sin tecnología durante sus vacaciones, porcentaje que se eleva hasta el 75% en el segmento de los turistas de lujo.

La certificación Dog Vivant es una excelente oportunidad para los establecimientos de turismo rural que quieran acercarse a los clientes que viajan con sus perros, un sector más numeroso de lo que parece, ya que, en España, 1 de cada 4 hogares tiene un perro. La certificación, además de resultar una garantía de calidad para los potenciales clientes, permite a los establecimientos  trabajar la captación, la experiencia de usuario y la gestión de la reputación en este segmento tan específico.

Experiencia del cliente, procesos y operaciones y nuevos modelos de negocio, son los tres pilares en los que, según el estudio «Guía, herramientas y metodologías sobre la transformación digital en el sector turístico», el sector se debe apoyar si quiere abordar la transformación digital. Además se deben definir objetivos claros y disponer de una plantilla motivada para llevar a cabo los cambios necesarios.

Se percibe un crecimiento importante en los últimos años de los viajes enfocados al silencio, a la meditación o a los retiros espirituales, acompañados de yoga y, más recientemente, de talleres de mindfulness. Estos turistas, durante sus viajes, buscan experiencias más auténticas, con mayor contacto con las culturas y comunidades locales y, así, vivir de forma directa costumbres y tradiciones. También demandan actividades en contacto con la naturaleza, de deporte y de aventura.

Un informe elaborado por la empresa consultora Dinamiza pone en cuestión algunas de las creencias más extendidas sobre la gastronomía, como que el turista gastronómico busca exclusivamente restaurantes de lujo, como, por ejemplo, los reconocidos con alguna estrella Michelín. Según el estudio, un 76% de la población ha planificado un viaje en los últimos 2 años con la intención de disfrutar de la gastronomía, lo cual lleva, inevitablemente a plantearse que la gastronomía debe formar parte del posicionamiento de un destino o establecimiento turístico. Los alojamientos rurales se sitúan en tercer lugar en las preferencias de los turistas gastronómicos, detrás de los hoteles de 4 y 3 estrellas, siendo el preferido por un 21,5% de los viajeros gastronómicos, en parte motivados por la cercanía de bodegas, industrias alimentarias y otros recursos turísticos gastronómicos. Un importante nicho de mercado que los establecimientos de turismo rural no pueden obviar.