Braintrust, consultora multinacional española especializada entre otros sectores en el turismo, ha analizado el impacto que la llegada de las nuevas generaciones de viajeros está teniendo en la industria hotelera. Principales conclusiones:
Un 33% del gasto del viaje de los jóvenes se dedica al alojamiento, donde disfrutar de experiencias y la buena comunicación con otros puntos de interés son criterios valorados por los jóvenes a la hora de elegir, considerando dicho alojamiento un medio y no un fin en sí mismo
Los nuevos conceptos de hotel (eco friendly, gastro-hoteles y only adults) tienen un mayor nivel de aceptación para los nacidos a partir de 1980, así como los hostels, viviendas turísticas y bed & breakfast.
El uso de la tecnología impera en este público que, en casi un 30 por ciento, organiza su vida gracias a los dispositivos electrónicos, compra servicios online en casi un 70 por ciento, y más de la mitad gestiona sus viajes a través de apps.
Estas generaciones viajan a lo largo de todo el año, suponiendo julio y agosto menos de un tercio de sus viajes y permitiendo a las empresas turísticas lograr la anhelada desestacionalización.
La propensión que tienen millennials y miembros de la Generación Z al uso de la tecnología también se ve reflejada en la organización y gestión de sus viajes, siendo los que mayor uso del móvil hacen, ya sea para buscar restaurantes, direcciones o lugares de interés, así como para compartir su experiencia en redes sociales.
Para el turismo rural, estas tendencias suponen luces y sombras, puesto que, por una parte, es positivo la posibilidad de desestacionalizar la ocupación, pero, por otra, son más urbanitas que las generaciones precedentes. Cabe hacer un esfuerzo de comunicación específicamente dirigido a este colectivo, difundiendo, en general, las bondades del turismo rural. |