El Camino de San Francisco de Asís rememora el periplo que, según la tradición, realizó el Santo desde Santiago de Compostela hasta Lisboa. En su tramo salmantino abarca 131 kilómetros señalizados, que llevan al peregrino por la esencia del Campo Charro.
Entra en la provincia por el medieval Puente Mocho, junto a Ledesma, y toma rumbo sudoeste entre encinares y ganado bravo hasta llegar a Ciudad Rodrigo. Se trata de la unión de varios caminos históricos, entre ellos la romana Vía Dalmacia.
El recorrido está salpicado de pequeñas joyas como el palacete de Aldeávila de Revilla, las grandes iglesias de Santa María de Sando, Gallegos de Argañán o de La Fuente de San Esteban junto a otras más pequeñas como la de Encina de S. Silvestre, Sando, Martín de Yeltes o Garcirrey.
En Ciudad Rodrigo residió el Santo allá por el 1214 en la ermita de San Gil, donde tiempo después se levantaría el convento de San Francisco. En la catedral de este Conjunto Histórico queda el único retrato supuestamente realizado en vida.
El Fuerte de la Concepción, uno de los mejores ejemplos de arquitectura militar, despide al peregrino, en las proximidades de Aldea del Obispo y el vecino Portugal.