Al sur de Ciudad Rodrigo, se oculta este privilegiado espacio natural, con una extensión que supera las 50.000 hectáreas. Se trata de un paisaje con abundancia de piedra y rocas, donde destaca la sierra de Gata y su cumbre principal, la Peña de la Canchera de 1.592 metros.
En sus laderas se asientan los bosques de roble rebollo más extensos de toda la península, que le dan nombre y que encierran una enorme biodiversidad.
De hecho, estos parajes constituyen el hábitat habitual del lince ibérico -en peligro de extinción- y de otras especies como la nutria, el buitre negro, o la cigüeña negra.
En sus cauces de agua, afluentes del río Águeda, se forman atractivos “bosques de galería”, llamados así por la sugerente forma de túnel que adopta el arbolado.
Los pueblos y habitantes de este territorio conservan unas singulares tradiciones, como un “habla” propio, lo que le da un indiscutible interés etnográfico.