Fariza honra a su Virgen del Castillo y recibe a los pueblos vecinos que acuden con sus pendones, año tras año, a esta romería, portando sus respectivos pendones. El pueblo recibe a sus visitantes con una rebanada de pan casero, escabeche y un vaso de vino para que repongan las fuerzas gastadas durante el recorrido y el esfuerzo de trasportar los enormes pendones.