Declarado Patrimonio Mundial por la Unesco en 2010, es una buena muestra de arte rupestre del paleolítico. Un yacimiento que nos ofrece un rico conjunto de representaciones rupestres que nos ha llegado íntegro gracias a su tardío conocimiento y difícil visibilidad.
En la actualidad se nos presenta perfectamente señalizado, estudiado y protegido, ofreciéndonos la posibilidad de recorrerlo y de aproximarnos a las condiciones de vida de aquellos artistas prehistóricos que, nos dejaron en su legado uno de los más importantes conjuntos de arte paleolítico al aire libre de toda Europa, un excelente lugar para descubrirlo, con 90 paneles distribuidos a lo largo de un kilómetro del margen izquierdo del río, diferenciándose 645 grabados, representando distintas imágenes en los afloramientos de esquisto, representación fundamentalmente figurativas de animales, formas geométricas y esquemáticas.
Sus características estilísticas formales permiten situarlas entre los años 22000 y 11000 antes de Cristo. Un lugar de obligada visita por su inigualable riqueza prehistórica.